La restauración de mi pequeña pk 125 xl elestart dió comienzo el 1 de octubre de este año 2010, finalizándose el día 10 de noviembre de 2010, con el correspondiente paso el día 12 del mismo mes por la temida ITV, aunque ella estaba sobradamente preparada...
¿Cómo di con tan maravillosa obra de arte? Jajaja Pues la encontré una mañana de Octubre en un aparcamiento de mi barrio semi-abandonada, pidiéndome a gritos que la rescatara y le diera una nueva oportunidad de vivir jajaja
Así que me propuse localizar a su dueño, con la sorpresa de que era vecino del barrio. Le propuse algo que no pudo negarse: si me la transfería, le daría una nueva misión en la vida después de 22 años.
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Una vez transferida, el día 1 de noviembre empezamos con el desmontaje. Indicar que al principio se resistieron algunas piezas, ya que el principal problema era que el tanque tenia restos de oxido en el fondo, debido a la gasolina que se evaporo al estar 1 año y medio sin andar. Después de limpiar y restaurar el tanque en su interior, pasamos a la prueba de fuego: el arranque del motor. Comprobamos si había corriente y pusimos un poco de aceite al pistón y… ¡¡¡tachan!!! A las vespas no hay quien las pare… Arranco a la primera después de un año en la calle.
Una vez tranquilos de que el funcionamiento era correcto, comenzamos a desmontar y clasificar piezas para luego sustituir las viejas o rotas por nuevas originales. Misma situación para la tortillería en mal estado, la cual fue sustituida en su mayoría por acero inoxidable. También hubo que sustituir interior de cableado (embrague, cambios, frenos…). En cuanto al cableado eléctrico, no hubo necesidad de reemplazar ya que se encontraba en perfecto estado.
Centrándonos en la chapa, tenia varios óxidos con no muy buena pinta, pero en unos talleres de Sanlucar de los que me hablaron los compis del club, le cortaron las planchas y la sustituyeron por nuevas soldadas, imprimaron y dieron unas buenas capas de pintura para dejarla como esta, doradita color champagne.
Ya solo quedaba el montaje, que se llevó a cabo en el garaje particular de mi suegro, un tallercillo que montamos hace unos años y que buen resultado nos ha dado en los ratillos libres. Aunque la moto se restauró casi en un mes, hay que indicar que estuvimos día y tarde para tenerla lo antes posible.
Dar las gracias a todos los que han participado, aunque sea en la puesta de un tornillo. Gracias a todos los miembros de Vespa Club Perezosos de Cádiz y a mi suegro por el préstamo de sus instalaciones. También agradecer a mi mujer y mi hijo Raúl, el heredero de la joya en cuestión dentro de unos años.
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